domingo, 27 de abril de 2014

Estudiantes conocieron su genealogía en Semana U

  • Servicio se dará mañana de 1 pm a 4 pm y los días martes y miércoles de 8 am a 4 pm.
  • Las retribuciones son voluntarias. Para llevarse la información impresa se cobran 300 por un apellido y 500 por ambos.


Eber Víquez / eber.viquez@gmail.com

Es una semana muy importante para que ustedes tomen conciencia de lo que fue la lucha de Alcoa”, recuerda escuchar Roger Castañeda de la profe de Generales, en aquella Semana Universitaria cuando apenas transcurría su primer año.

Seis celebraciones después y durante todas ellas, estaría sentado frente a una compu en la entrada principal de Sociales, presionado por una fila de estudiantes que esperaban la certeza del rótulo promocional: “Conozca el origen de su apellido y su nombre”.

La presencia de Roger no era en vano, pues a diferencia de actividades como Semana de Bienvenida donde asesoran en promedio a 15 estudiantes diarios, en Semana U eran alrededor de 50.

Él es estudiante de la UCR y miembro activo de los talleres de prevención contra el abuso infantil en escuelas y colegios para Fundación Sarepta Banco Alimentos, su labor voluntaria constituye uno de los ejes de acción de la entidad privada. Además de la asistencia genealógica, la fundación se financia organizando ferias micro empresariales en conjunto con las municipalidades, a través de CR Solidaria.

El estudio genealógico de Sarepta (nombre de una ciudad bíblica) inició desde hace seis años a raíz del pasatiempo que tenía don Carlos Segura, jefe del equipo investigador, que comenzó con mil apellidos y ahora tiene cinco mil (3200 españoles, 900 italianos y el resto está compuesto de ingleses, franceses, alemanes, portugueses, rusos, croatas, polacos, pocos asiáticos y en menor medida autóctonos).

Debido a su trabajo pasado en la Academia Costarricense de Ciencias Genealógicas, Segura se contagió de ese amor por la historia de los genes y decidió emprender un acercamiento al pasado de manera independiente. Fue entonces cuando se reunió con sus dos hijos y Castañeda para darle crecimiento a la base de datos. Pronto empezaron a atender consultas.

“Es un fin de cultura y de promover el interés de que las personas se preocupen por sus orígenes”. Incluso la fundación brinda la información necesaria para armar el álbum genealógico. “He encontrado gente que empieza por una pregunta breve pero después ya se interesa mucho”.

Montserrat Montero, estudiante de Antropología, define la experiencia como “entretenimiento con sentido informativo” mientras que a Keylin Guzmán, de Ingeniería Agrícola, nos contó: “es una actividad totalmente distinta a lo que he visto”.

“De cómo se buscan los apellidos”.

La oficina de la fundación benéfica está llena de libros: Nobiliario español, de Julio de Atienza; Inmigración italiana en Costa Rica, de Rita Bariatti; Arboreal costarricense, de Norberto Bertozzi y estudios sobre la temática de Cleto González Víquez.

Ciertos registros mantienen relación con la Iglesia Católica como Genealogías de Cartago, de monseñor Sanabria; Familias alajuelenses en los libros parroquiales, de Rafael obregón; y sobre todo los pergaminos del período colonial de dicha Iglesia, almacenados en la Curia Metropolitana en San José.

La búsqueda se da por esas primeras fuentes pero si aun no dan con el apellido, revisan fuentes de  Internet confiables por medio de la Academia Costarricense de Ciencias Genealógicas, que los vincula con el conocimiento de universidades europeas y estadounidenses.

Si ninguna contiene información suficiente, acuden al resto de sitios web y una vez que la han encontrado, verifican la certeza de esta a partir de una comparación entre su base de datos y la que contiene el resultadoFinalmente, adoptan la nueva información si al menos 30 de los apellidos comparados al azar coinciden con los registrados.

Al ofrecer los datos comprobados mediante este tipo de investigaciones, Roger ve una ventaja que distingue a Sarepta de las demás entidades genealógicas: “Se ahorra un monto exorbitante (…) como algunas genealogía que llegan a costar millón y medio de colones”.

Particularidades costarricenses de los apellidos

Los apellidos más comunes son los patronímicos (terminados en “ez”), luego predominan García, Rojas, Vargas y Brenes (este sólo se presenta en nuestro país).

“Un registro de apellidos indígenas, propios, no hay”, afirma Roger justo antes de destacar las excepciones en apellidos chorotegas: Canda, Potosme, Ñamendi, Tola, Ñurinda, Ñoringue; provenientes del sur de Nicaragua. Algunos proceden también de Perú, Ecuador y Bolivia.

“Las personas deben de tener un poquito de conciencia sobre sus orígenes (…) eso se debe trasladar a las instituciones”, reflexiona en conclusión Castañeda. “Es lamentable que yo me encuentre estudiantes de primer año que no saben cómo se llama esta plaza ni por qué se celebra la Semana Universitaria”. 

También cuentan con un programa de historia de Costa Rica en Radio América, 
donde resuelven dudas sobre el origen del apellido.
Foto: Fundación Sarepta Banco Alimentos.

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