sábado, 28 de abril de 2012

Al otro lado de la calle: el alcohol en Semana U


Los días en que se vendía alcohol dentro de las instalaciones de la UCR en Semana U han terminado, pero no significa que no siga presente.

Luis Fernando Vargas

Decir que el consumo de alcohol no forma parte de Semana U como evento social es igual a decir que  Combate no está diseñado para llevar a la sociedad costarricense a una nueva época de Oscurantismo.
Las conversaciones existencialistas y otras no tan profundas, el bailongo y escenas amorosas pitan aquella cara que se suele dejar de lado cuando se habla de Semana U; la cara de lo que pasa al otro lado de la calle, en territorio de los bares.

Era el viernes que cierra Semana U y a las 5 p.m., los bares no daban a vasto. Hombres y mujeres, de diferentes edades, universitarios y no universitarios se reunieron en los ya legendarios Fitos y Karaoke 88, por mencionar algunos.  En contraste el pretil estaba vacío, los comerciantes que exponían sus artesanías se preparaban para retirarse.

El clima no favorecía las actividades en exteriores. No hubo una lluvia torrencial pero sí constante, el paisaje no era el típico cliché de una celebración: el ambiente era húmedo y pesado, el cielo nublado y la luna no daba rastro de su presencia.  

La apatía del ambiente se reflejó en la concurrencia del público en los conciertos.  Talawa se presentaba con modestia audiencia; los seguidores de la banda se colocaron al frente de la tarima, mientras que los oyentes pasivos, que solo querían gastar el tiempo o esperaban a otro grupo, tomaron la parte de atrás del parqueo de Educación o se sentaron en la mojada y embarrialada zona verde.

A medida en que transcurrió la noche, más audiencia se hizo presente para el cierre de la Semana U con la longeva banda de Rock El Parque y el sonido “psico tropical” de Sonámbulo, que aumenta su popularidad día a día.
  
Mientras la gente agotaba el espacio disponible en el parqueo de Educación el ambiente gris se fue llenando de la energía de los conciertos; la música haciendo su papel, irradiando energía, moviendo individuos, liberando los deseos reprimidos de gritar y saltar.

Los invitados no deseados

Con este estallido vinieron también unos acompañantes no muy bienvenidos para las autoridades universitarias: las birras camufladas, el vino Clos, y un punto que deja mucho para reflexionar en el futuro, el consumo de cigarros en espacios declarados por ley como libres de humo.

Las Pilsen, las Imperiales y las Bavarias se hicieron presentes en los conciertos a pesar de que dejaron de ser invitadas hace ya más de una década, cuando se prohibió la venta y el consumo de alcohol dentro de la universidad. La seguridad estaba presente tratando de vigilar minuciosamente que se cumpliera La Ley, pero era una pequeña fuerza cuidando a un mar de personas con un ingenio y perseverancia que no deja de sorprender.

El ambiente en el parqueo de educación deja interesantes preguntas a un tema que será necesario seguir con precaución a medida en que avance el tiempo en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio: las restricciones con el fumado y la aplicación de las sanciones correspondientes. El aire dejó de oler a humedad en cierto punto y el inconfundible y polémico olor del tabaco llenó cada centímetro de aire.

Pero cabe rescatar que la energía que se hizo presente en ese lugar fue una de unión; una sinergia que hace que momentos como esos se queden en la mente de los universitarios y que surjan las anécdotas que todos escuchan alguna vez.

Y está el otro lado de la calle…

Cruzando la calle está la parte “oscura” de semana U, en donde no son los conciertos y la sinergia la que congrega a las personas, sino el famoso “tapis” que parece instaurado como un ritual “no oficial” dentro de todo lo que se entiende por Semana U.

La Calle de la Amargura se hizo de los peatones, la cantidad de personas en espera de entrar a los bares provocaba que los automóviles se tuvieran que detener por minutos para que se abriera espacio para transitar. Foto: Luis Fernando Vargas


En la infame Calle de la Amargura se armó una marcha… pero en vez de pancartas o megáfonos estaban los six packs comprados en el AmPm y las botellas para dar inicio al festejo del fin de semana. Los carros deben detenerse, porque la calle la han tomado los jóvenes. Mientras, la presencia de la policía es modesta, una patrulla ronda por Erick Copas, fuera de ese caso no es visible ninguna otra autoridad.

Y es que hay algo especial en esta semana, planeado por un agente invisible. ¿Por qué se consume más alcohol en Semana U?, ¿Qué es lo que empuja a los universitarios y no universitarios a visitar los bares?, ¿es un tipo de sentimiento de festividad?

Estrictamente negocios

Hablando con los administradores de Caccios y Fitos deja claro que no es un mito que en Semana U se consume mucho alcohol. En el primer local se estima que las ventas ascienden en un 50% comparándolas con una semana regular; en el caso de Fitos se estima que un 20% más es vendido.

El ambiente en los bares no contraponen estas cifras. Filas y acumulaciones inmensas de personas con cervezas y cigarros en la entrada de los diferentes locales y en especial la dinámica dentro de los bares dejaban la impresión de caos; al punto de que el bartender diga “ya le sirvo que no hay copas”.

Meseros corren sin descanso, con una expresión de urgencia en sus caras, no hay tiempo para pensar. Tampoco hay espacio para transitar. Si caminar se hacía difícil en el momento en que El Parque se presentaba y se aproximaba la hora de que Sonámbulo subiera a escena, ir al baño, en un recorrido de 15 metros dentro de Caccios, era de pensar dos veces.

Lo que no hacía falta en casi ningún lugar eran las demostradoras y las promociones en punto de venta de cerveza y demás productos. Esto deja campo a un poco de interpretación : el aparente ritual de Semana U de tomar, es el alimento de las empresas para promocionar sus productos y aumentar sus ventas, su plan es que es el consumo desmedido, la locura, el caos del capital .

Para este entonces eran las 11 p.m. y en realidad la noche en estos bares apenas iniciaba, las calles se llenaban más y más, alimentándose de las personas que estaban en el cierre de Semana U, todo un flujo migratorio. Será hasta el otro año en donde el ciclo se repita de nuevo.

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