Adrián Naranjo, Marisol Campos
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Faltaban 20 minutos para las 7 de la noche del miércoles, cuando ya estaban
todos en la tarima: cuatro trombones, tres percusionistas, el piano y el bajo.
El parqueo de Ingeniería estaba lleno y el retraso de casi una hora no fue
problema para el mar de gente que esperaba bailando desde que Railengo abandonó
el escenario.
“¿Dónde están los de
ingeniería? ¿Y los de económicas?...” Gritó la voz principal y el público
rompió en aplausos. No había sonado el segundo acorde de la orquesta cuando
todo el parqueo ya se movía frenéticamente casi al unísono.
...
No era la primera vez que el público de la Universidad de Costa Rica se reunía para bailar al ritmo de Son de Tikizia. EL apoyo fue evidente y la oportunidad para que nuevos estudiantes conozcan la salsa de esta orquesta no fue desaprovechada por ellos, en palabras de Walter Flores, pianista y flautista de la agrupación: “Ahora si señores… llegó la salsa dura.” Esta
...
En medio de los aplausos se escucharon los trombones: Pa Curubande. Los minutos pasaron y el
sudor empezó a correr. En la tarima las sonrisas se intercambiaban de lado a
lado mientras Walter Flores improvisaba en las teclas del piano. De nuevo los
aplausos estremecieron el parqueo inundado de gente, cuando llegó el turno del
solo de Pangui Mora, los timbales se estremecieron y el público de nuevo
explotó en aplausos.
En la tarima los minutos se fueron volando y llegó la hora
de terminar. Luego de una pausa corta se escuchó la voz del cantante principal:
“Agarre su pareja y enseñe como se baila aquí”, pero no sin antes recordar el
24 de abril y la lucha de Alcoa. “Este país se defiende. ¡A como sea pero se
defiende!”
Pasión fue la canción con la que se
despidió la orquesta. “Zumba que zumba
marimba” Walter Flores ‘soleando en la flauta’. “Orgullo Nacional” gritó Pangui,
mientras el público aplaudía y agradecía poco menos de una hora de bailongo.
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