· Carlos Alfaro tendrá su primera experiencia de Semana U a sus 46 años
Javier Miranda I
jmirandda93mail.com
Carlos Alfaro Benavides es carné B4 y
estudia archivística. Él tiene 47 años. Dice que en los años 80 era más
importante para su familia que él trabajara para ayudar económicamente en su
casa que estudiar en una universidad.
Don Carlos, o “Cali" como prefiere que lo
llamen, me recibe en su casa de habitación frente a la plaza de deportes en la
comunidad de Barrio Latino, en Grecia, el tercer cantón de la provincia de
Alajuela. Nos sentamos en el corredor de su casa
y me ofreció palomitas de maíz. Acepté.
Don Carlos entró a la Universidad de Costa Rica inspirado en una de sus hijas, Susan. Susan terminó el colegio el año
pasado y él decidió hacer el examen de
admisión de la UCR junto a ella. Él quiso ir a la Universidad, allá en el año
1985, hizo el papeleo y estuvo a punto de matricularse pero
no podía estudiar y trabajar al mismo tiempo por cuestión de horarios,
situación que lo obligó a dejar de lado el sueño universitario.
En el año
2013 Susan Alfaro se graduó del colegio. Junto a ella, sus padres, Carlos
Alfaro y Mercedes Víquez. Ese mismo año padre e hija fueron admitidos en la UCR.
“Mi intención (el año pasado) no era ir a la U, mi intención era participar con Susan (su hija) en el examen de admisión. El fin era darle una motivación extra a ella, presionarla un poquito, hacerla sentir que yo podía ganarle, que podía sacar un puntaje más elevado (ríe). Claro, también quería probarme, no es mentira que quería hacerlo, quería ver hasta dónde estaba yo en mis capacidades para hacer el examen”, me explicó con una sonrisa en su rostro.
Si bien obtuvo un puntaje más bajo que
su hija en el examen de admisión, su nota fue de 628,6.
“Me sorprendí cuando me daba cuenta
que me había ido mejor a los compañeros de mi hija. Vi que no me había tan mal
como yo pensaba”, comentó.
Fue entonces como este padre de cinco
hijos y esposo desde hace 26 años vio la oportunidad de por fin estudiar en la Universidad. Eligió la carrera de archivística, la cual tenía compatibilidad
con sus aptitudes y le permitiría estudiar de noche.
¿Cómo
ha sido el primer mes y medio de clases?
“Como estudiante es toda una novedad,
no es lo mismo enfocar mis años a la U en el ‘84 porque era una visión distinta
de universidad, otra propuesta, que ahora verla desde una perspectiva adulta.
Es distinto pero me gusta, me siento a gusto.
“¿Cómo me voy a sentir yo dentro de un
montón de jóvenes, a la par de un montón de muchachos?, todos califican (por
sus edades) para ser mis hijos”.
¿A
qué cosas ha debido que enfrentarse?
“He tenido que enfrentarme al sistema,
yo ya había perdido la sensación de sentarme dos horas a escuchar a un profesor
y ahora no es sólo escuchar, es educar la cabeza a que tengo que aprender de lo
que escucho”.
¿Cómo
cree que va a ser su primera semana U?
“Voy a ir a clases, eso lo tengo
decidido. Ya luego voy a ver con qué me encuentro, no sé cómo se ve una semana
U y lo más seguro es que me quede observando a la gente. Creo que voy a
aprender de la semana U, aprender de la gente.”
¿Qué
piensa de la semana U? ¿Qué tan diferente la ve antes y ahora que sabe qué
significa?
“Siento que es importante, en su
inicio necesario (la semana U inició como una reconciliación, después del
conflicto militar de 1948, entre los jóvenes que apoyaban el régimen de José
Figueres Ferrer y los jóvenes opositores al gobierno), ahora considero que los
estudiantes han olvidado de qué se trata la semana U, se ha perdido el sentido.
Está bien que exista pero se debería de recordarle a los jóvenes ese por qué”.
Admiración
y paciencia
Susan y Hellen son hijas de Cali y
estudian en la UCR ciencias del movimiento humano y enseñanza de la matemática,
respectivamente. Hellen es quien ayudó a Don Carlos a través del proceso de
admisión y Susan es quien le dio pelea y motivación para obtener un excelente
resultado en el examen de admisión.
“Yo siento admiración por mi papá, es
muy bueno que se haya decidido a estudiar en la U. Al principio me tenía como
loca porque me pregunta de todo (ríe), desde cómo hacer las investigaciones
para los trabajos hasta cómo citar en los trabajos, pero ya se ha ido acostumbrando
y lo entiende muy bien”, comentó Hellen, recién graduada de bachiller en
enseñanza de las matemáticas.
Respaldo
y confianza
Susan no siente que haya sido una
verdadera competencia. “Yo sabía que le iba a ganar”, comenta entre risas. Los
dos son carné B4 pero con 28 años de diferencia y ambos comparten la emoción
por aprender.
“Mis amigos me preguntan si me siento
vigilada y yo les digo que no, más bien es bueno verlo por la U y saludarlo con
un abrazo, me siento en confianza”, finaliza Susan.
La idea de Don Carlos es continuar
hasta donde se pueda, poder finalizar la carrera en algunos años y ojalá poder
trabajar como archivista.
“Sé que no duraré tres años sacando la
carrera, serán muchos más, pero mientras el trabajo y el dinero me lo permitan,
seguiré adelante”,finalizó Don Carlos nuestra charla con la
última palomita de maíz en la boca.
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